TOUR GRATUITO. PROHIBIDO COBRAR.
PROHIBIDO NO COBRAR. PROHIBIDO PAGAR. PROHIBIDO NO PAGAR. PROHIBIDO DEVELAR LA
DERROTA. PROHIBIDO GANAR. SOMOS ESTUPIDOS, PROHIBIDO CONTRADECIR NUESTRO
EPITAFIO.
I.
Bienvenidos al maravilloso mundo
del fracaso del prohibicionismo. Una tierra de oportunidades, si lo que se
busca es hacer cosas que no sirven para nada y ganarse el voto de alguna señora
de Barrio Norte, Recoleta o Belgrano R.
Bienvenidos, pasen, pónganse
cómodos. Fascinante geografía de decisiones pelotudas. Sombras chinescas.
Reduccionismo. Eficacia sobreactuada. Inmediatez santificada. Mucho botox, comportamiento
de manual, doble moral y cinismo.
Que vivan los fumadores
subacuáticos. Que vivan las “manos negras”. Los cliches. Los opinólogos a
sueldo.
Aquí se dice que las putas son
horribles. Que coger sin amor es horrible. Y que ser un proxeneta es más
horrible todavía. Aquí se dice que los
departamentos privados y cabarets deben ser clausurados; aquí se dice eso y al
mismo tiempo se le regala un viajecito a las Bahamas a una secretaria, con el
propósito de ligar algún que otro favor sexual.
”Eso no es pagar por amor. Eso es
ser un caballero. Usted no entiende nada mi amigo. Lo suyo es envidia pura”. Un
fulano de traje prende su habano, se acomoda su panza con ambas manos y le
manotea el culo a la primera adolescente que pasa por su lado. Exhala una
carcajada hilarante, me mira con cierto
auto-fanatismo y ensaya la primera pitada. El humo dibuja un signo
fantasmagórico sobre su rostro excitado. De fondo suena una canción de Cacho
Castaña.
Aquí se intenta terminar con la
problemática de la promoción de la prostitución y la supuesta apología mediática
de la “trata de personas” prohibiendo el mitológico “rubro 59”.[1]
La respuesta de la masa no tarda
en llegar. El “rubro 59” desaparece casi por completo. Un éxito.
Los políticos iluminados que
propusieron su derogación se rasgan las vestiduras. Sueñan con su inmortalidad
en los libros de historia. “Ya hablarán de nosotros, entre guardapolvos, gomas
de borrar y lápices de grafito”. La música cambia repentinamente. Marcha
triunfal. Giusseppe Verdi vestido de jugador estrella de la selección nacional
de fútbol, ingleses apilados, Victor Hugo, relato memorable y barrilete
cósmico.
Silencio, sorpresa. Habilidad gramatical.
Dogmas destruidos. La nueva tendencia ofrece el primer veredicto: muerto el
“rubro 59”, la rabia por el polvo fácil sigue ultra vigente: “Señorita soltera
busca hombre para relación informal”. Salto a la cerca. Página sesenta y pico
del “gran diario argentino”.
Risas, escándalo, cine mudo. El
gordo y su habano se van por los aires. El gordo pisa la cáscara de una banana,
un payaso lo mira y le tira agua en los ojos con una pistola plástica. El gordo
se levanta y vuelve a caer esta vez de trompa al piso. Aparecen siete enanos
disfrazados de Hannibal Lechter y al oído le susurran el nuevo hit de Justin
Bieber. El gordo corre, casi sin ropa.
Primer Acto: Prohibir da felicidad;
Segundo Acto: Prohibir motiva la creatividad del impedido; Tercer Acto: Prohibir
ridiculiza al artífice de la prohibición.
II.
Bienvenidos al maravilloso mundo
del fracaso del prohibicionismo. “Gobernador, Gobernador. Quiero solucionar un
problema gravísimo. Los chicos están como locos. La noche los vuelve satánicos.
Gobernador, Gobernador. Usted que todo lo puede. Usted que todo lo sabe. ¿Qué
se le ocurre?”.
El líder rasca su barbilla. Mira
fijo a un asesor que no asesora. Misterio. Suspenso. Ansiedad. El líder no
puede esperar. Se debe a su público y lanza una respuesta.
Un E.T. platense une su dedo
índice con la nariz del jefe distrital. A pocos metros del lugar, un ejército
de aduladores rentados festeja la iniciativa de su referente. A partir de ahora
todos los boliches bailables a los que concurran los jóvenes bonaerenses
deberán tener estricto horario de finalización. Queda absolutamente prohibido
que cierren después de las 5:30 am.[2]
Brillante, superlativo.
Estructuralmente superior. “Anuncien la medida con bombos y platillos. Esto
seguramente ha de posicionarme como presidenciable”. Voceros, papeles al
viento, medios de comunicación, conferencias de prensa. Más, me das cada día
más. Valeria Lynch.
Silencio II. Parece que eso de
salir todos a la misma hora genera muchos disturbios. En los lugares donde hay
más de un boliche (generalmente suelen estar bastante próximos unos con otros)
los jóvenes se encuentran masivamente a la salida. Acumulación. Muchedumbre y
muchas veces caos. Encima todavía es de noche y los riesgos de camino a casa se
multiplican como consecuencia de ello.
Acto megalómano suspendido. El
Gobernador sufre un ataque de epilepsia. Benny Hill corretea rubias en el salón
principal de la Casa de Gobierno. Nuevamente aparecen siete enanos, esta vez disfrazados
de motonautas. Lluvia de sillas. Entre el tumulto se hace presente el club de
fans de Kapanga, y en homenaje a su banda de culto recitan la letra de “el mono
relojero”, cual coro Kennedy. La primera dama provincial promociona sus
perfumes. Dos estatuas vivientes ven caer su maquillaje. Otra vez el mismo payaso
de antes y su pistolita carnavelesca haciendo de las suyas.
III.
Bienvenidos al maravilloso mundo
del fracaso del prohibicionismo. Las drogas están prohibidas hace años y la
historia no cambió ni una coma. El negocio crece. Las muertes se multiplican.
No aprendimos nada con las consecuencias de “la ley seca”. Seguimos recitando
“padresnuestros”. Dios, falopero mío, armate un
“cigarro” con tu corona de espinas. A la cárcel van los perejiles. Se
prohíbe el consumo de estupefacientes, se prohíbe su tenencia; el Estado
imperializa su tan particular moral, coloniza almas, ejemplifica, obliga; y ¿nos quejamos de Cameron y su séquito de piratas?
Vaya paradoja.
Bienvenidos. Abrazo de oso para
todos.
Cuánto tiempo sin verte. Estás
igual.
Aquí un “noticiero” es “contenido
no apto para niños y adolescentes”. No vaya a ser que a los pibes se les dé por
estar informados. Está bien. Hay que reconocerlo. Es cierto. Muchos periodistas
son despreciables, pero tampoco es para tanto…
Bienvenidos. Tapate los ojos. En
la televisión hay una teta. Pezón, pezón. Círculo vicioso que alimenta
degenerados. Corrupción maternal. Desecho tóxico.
Yo te aviso cuando puedas volver
a mirar. No hagas trampa. Te estoy vigilando.
Maximiliano Postay
[1] http://www.perfil.com/contenidos/2011/07/06/noticia_0009.html