Investigación
exclusiva LTF
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(Primera de tres partes)
I.
Reyes
magos, Papa Noel y el Ratón Pérez juntos por primera y sólo a los fines de
regalarnos la mágica confesión de seis de las principales agencias del sistema
penal: el legislador, la policía, los jueces, el sistema penitenciario, los
medios de comunicación y los intelectuales.
Pasto,
arbolitos y almohadones. Enérgica combinación tripartita. Franquicia divina.
Imperio celestial de lo impensado.
Extra, extra. No hizo falta torturarlos, ni utilizar la ultra tecnológica "máquina de la verdad".
Nuestra
tarea fue muchísimo más sencilla de lo que a priori podríamos
llegar a imaginar.
La
metodología fue simple. Los citamos a todos juntos y a la misma hora en un
hotel de lujo en Puerto Madero. Les dijimos que veníamos a estudiarlos, con sincera admiración y respeto, desde un planeta llamado “MECAGOENELPOBRE”.
Les
mostramos algunos videos de marchas al estilo “Blumberg” que supuestamente sucedían
todos los días en nuestra región y les dijimos que si en algún momento decidían
visitarnos se iban a encontrar con escenarios muy amigables y afines a su
idiosincrasia: aproximadamente doce jaulas por hectárea, dieciocho ejércitos de
androides lustra-barrotes por municipio y una escuela multidisciplinaria y politécnica
de tortura, encierro y segregación cada 233 habitantes. A su vez le dejamos
claro lo más importante. “Nuestro lema es inquebrantable –enfatizó uno de los nuestros
imitando risueñamente la voz de Ante Garmaz-: todo lo que no se ajuste a
nuestras expectativas estéticas debe ser apartado sin excepción alguna. No hay lugar para gente sin
clase. Brindo por eso”.
Les
mostramos fotos, falsas obviamente; y hasta un discurso de nuestro líder galáctico.
Un enano bigotón adicto a la palabra "estupendo". Los Simuladores estarían orgullosos de nosotros.
Fue
increíble ver el brillo de sus pupilas al sentirse
tan identificados con nuestra puesta en escena. Alivio, orgullo, obstinada
calma: “Ustedes deben ser una civilización muy avanzada”, dijo uno de ellos sin
ponerse colorado.
Desde el
minuto cero del diálogo hablamos sin pelos en la lengua, o mejor dicho
"hablaron". Nosotros simplemente pusimos cara de pocker, y grabadorcito de
bolsillo mediante, nos deleitamos con el testimonio.
Pan y
circo. Canario Sapiens.
Expusieron apróximadamente dieciséis horas cada uno. Ego importante el de los muchachos.
He aquí
un brevísimo resumen de cada una de sus intervenciones:
II. El
legislador y su odio a los pobres.
“Aparezco
cada tanto. Bostezo mucho. No siempre me conocen. A veces soy parte de listas
sabanas interminables. Caigo en la volteada. Debo favores y no hago
absolutamente nada que no me convenga en términos personales. Mi función es a
veces un tanto decorativa. No obstante, cumplo con mi deber supremo: ordeno la
vida. Ni más ni menos que eso. Defino. Caratulo. Etiqueto. Siempre condicionado
por aquellos a los que les debo mi carrera. Por supuesto. No vayan a creer que
hay algo de originalidad en mis postulados. Una campaña nunca es gratis. Un
afiche por neurona. Un minuto en cámara por principio. Esa es más o menos la
ecuación”.
“Mi
relación con los pobres es ambivalente. Me votan y me gusta que lo hagan. Eso
es indudable. Digo que los pobres me importan y la verdad me importan un
carajo. El problema es que lamentablemente son mayoría. Qué se le va a hacer.
Aún no somos tan avanzados como ustedes”.
“Legislo.
De eso se trata mi trabajo. Hago leyes. Tengo un puñado de asesores a mi cargo,
pero generalmente no me asesoran. Son mis secretarios. Les digo asesores porque
queda más rimbombante, pero sus opiniones son para mí completamente intrascendentes. Quién
va a atreverse a decirle lo que tiene que pensar a alguien como yo. No seamos
ilusos. La gente no quiere iluminados”.
“Cada
tanto se me ocurren cosas interesantes. Nada demasiado revolucionario por
supuesto. Mi banca, por definición, es una concesión de principios. Creo que
algo ya dije al respecto. De todas maneras siempre tengo un as bajo la manga. Cuando
no se me ocurre nada efectivo para abordar la problemática social recurro al
encierro y sanseacabó. Qué maravilla. Jaulas cromadas. Nos salvan la vida.
Disimulamos nuestra estupidez. Son fabulosas. Ustedes lo tienen re claro, ¿no?”.
“En lo
que hace al delito, año tras año, sesión tras sesión hacemos lo mismo. En
Argentina tenemos alrededor de 1500 conductas castigadas con la cárcel. Todo un record. Como podrán imaginarlo estamos orgullosísimos y vamos por más. El
derecho penal es nuestro Sai Baba. Nuestro fetiche. Qué sería de
nosotros sin su histrionismo. Tiene propiedades sedantes, anestésicas. Lo pide
la gente eh!! Y si la gente lo pide… hay que darle para adelante”.
“¿Qué? ¿Qué
la gente son los pobres? ¿Qué la gente es la gente? Nooooo. Nada que ver. La
gente son los financistas de nuestras campañas. La gente somos nosotros. Nuestros espejos. La gente
es una revista. ADN e Infusión. Lo entendiste, ¿no? ¡Ja! Hoy estoy con todas las
luces”.
Maximiliano Postay