¿Alguna vez te preguntaste
por qué matar en la calle es un “delito” mientras que matar en la guerra es un
acto heroico? ¿Por qué robar está penalizado, pero la extracción de plusvalía es
la fuente de lucro legítima del sistema de producción capitalista?
La respuesta es tan
sencilla que puede sorprenderte: dentro de una sociedad, el legislador elige,
arbitrariamente, qué conductas penalizar y cuáles tolerar, lo que convierte al
delito en una mera decisión política -tendenciosa en la mayoría de los casos-.
¿O acaso creías que hay
acciones que son delitos por naturaleza? No, no y no. De ninguna manera.
Todas las acciones (sí,
todas) que se castigan en una sociedad han sido previamente constituidas,
etiquetadas, designadas como delictivas, en tanto hay un interés por parte de
la autoridad en materializar su persecución desde el Estado.
Todo preso es político. Su
condición responde a una lógica sistemática, histórica y socio-cultural.
¿Orden público? ¿Moral
colectiva? ¿Buen padre de familia? ¿Buen hombre de negocios? ¿Ah, sí? No me
vengan con pavadas.
¿Buenos y malos? Ni cerca.
La dicotomía habremos de buscarla en otro lado. Quizás Bakunin y Marx nos den
algunas herramientas.
Maximiliano Postay